Ingredientes:
6 ramas de laurel o 6 hojas de roble, junto con algunas hierbas aromáticas (lavanda, verbena, artemisa, enebro, etc.).
Sal gruesa. 3 velas blancas.
Instrucciones:
Quema las ramas de laurel o las hojas de roble y las hierbas en la chimenea. Recoge algunas de estas cenizas con una cuchara.
Encienda las tres velas blancas, colocándolas alrededor de la chimenea.
Tira un puñado de la mezcla de sal y ceniza de las hierbas a la chimenea, diciendo:
«Por el poder de la diosa y todos los espíritus de fuego,
Yo consagro esta chimenea.
¡Bendito sea! ¡Bendito sea!
Que todos los fuegos que arden aquí
puede llenar esta casa de calor,
y la luz del amor
y felicidad eterna
¡Que así sea!"
Hubo un tiempo en que muchas personas creían que había espíritus benéficos que habitaban la chimenea y protegían la casa y sus ocupantes de ladrones, espíritus malignos y brujería.
En el fuego de la chimenea puedes quemar hierbas para fumar la casa y repeler la mala energía.
Ejemplos: Raíz de angélica (Angelica archangelica), anís (Pimpinella anisum), clavel (la especiaria), cilantro (Coriandrum sativum), La lengua cervina (Phyllitis scolopendrium), raíz de durillo (Virburnum tinus), lavanda, verbena, limón (cascaritas), brotes de lila (Syringa Vulgaris), hojas y ramas de roble, raíz de lirio (Lilium L), romero (Salvia rosmarinus), pétalos de rosa, hierba de San Juan (Hypericum perforatum), violetas, ruda (Ruta graveolens) y gualtéria (Gaultheria procumbens).
Asamod
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